Los ácidos grasos omega-6 (ω-6) son
un tipo de ácidos grasos poliinsaturados, comúnmente encontrados en alimentos como
frutos secos, semillas, aceites vegetales, aguacate, etc.
Son ácidos grasos esenciales
que juegan un papel crucial en la función cerebral y son necesarios
para el crecimiento, desarrollo y buen funcionamiento del organismo.

Los principales ácidos grasos ω-6 son el ácido linoleico (LA), el ácido Gamma-linolénico (GLA) y el ácido
araquidónico (AA).
La mayoría de los ácidos grasos ω-6 de la dieta provienen de aceites vegetales en forma de LA. A partir de él, el cuerpo obtiene energía y produce otros ácidos grasos ω-6 como GLA y AA, pero en baja cantidad. Por ello, también es necesario adquirir estos últimos en la dieta.
Además, los ácidos grasos linoleico y araquidónico son precursores de algunas sustancias mediadoras, en concreto, moléculas relacionadas con el sistema inmune (y por consiguiente de nuestras defensas) como los eicosanoides, el tromboxano A2 y leucotrieno B4.

En cambio, estas prostaglandinas de
la serie 2 en exceso tienden a promover la inflamación. Esto no quiere decir que estos ácidos grasos sean
perjudiciales en sí mismos, pues cumplen funciones muy importantes y necesarias
en el organismo, pero no hay que excederse en su consumo.
El GLA, por otro lado, puede reducir la inflamación. Algunos
estudios incluso sugieren que protege el ADN.
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